Testimonio de Laura Pérez Carmona de Prada, sobreviviente de la Desaparición Forzada y la Tortura, 1
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Mi comportamiento frente a el aparato represivo y de muerte y de la falsa democracia representativa de Acción Democrática AD y Copei que se instauró en el poder (45 años) posterior a la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, constituido en alianza servil al imperialismo yanqui y a la oligarquía criolla, los cuales desataron una represión bestial y criminal en contra de la disidencia política y social.
Una vez que soy detenida e identificada por el enemigo, como presunta agente subversiva como ellos me reseñaron, comenzaron las amenazas, lo malos tratos, los intensos interrogatorios y las torturas por parte de efectivos de los diferentes cuerpos policiales y militares, donde fui trasladada denominados así: Policía Técnica Judicial PTJ, Dirección General de policía DIGEPOL (Policía Política de estado venezolano), Servicios de Información de las Fuerza Armadas SIFA, ubicado a un costado del Cuartel San Carlos en la parroquia La Pastora de la ciudad de Caracas y el Teatro de Operaciones T.O 5. Yumare (campo de concentración donde desaparecían, torturaban y asesinaban, ubicado en centro occidente de Venezuela en el estado Yaracuy).
Las torturas fueron en acenso aplicándome desde la guerra psicológica, sónica y visual, llevándome y confrontándome con un pelotón de fusilamiento, aplicándome la ley de fuga y colocándome electricidad en todo mi cuerpo en especial en las partes íntimas, en mis orejas, manos y mis pies, hasta que perdía el conocimiento, la tortura que para mí representó la más terrorífica fue cuando me montaron en un helicóptero con la intención de lanzarme al vacío, sin ningún tipo de protección y seguridad, haciendo todo tipo de comentarios para generar terror en mí (“te lanzaremos, allí no hay ni zamuros que te coman...”), y maniobras para que cayera al vacío, práctica común de estos torturadores, que lanzaban a los amigos y compañeros hacia la muerte.
Fui sometida a todas estas torturas por parte de efectivos oficiales del ejército venezolano y agentes de inteligencia en especial uno llamado el “Negro Cuba”, el cual era un archivo andante con toda la información y su perfil de asesino sádico, él fue el responsable directo de todas estas torturas, la circunstancia más difícil fue la subida al helicóptero y el riesgo inmediato de muerte al ser lanzada, frente a todo esto mi actitud fue de altivez, de valentía, de silencio y de dignidad.
Frente a la disyuntiva de vida o muerte me fortalecían las palabras de la Pasionaria, luchadora republicana de la guerra civil española Dolores Ibárruri quien decía “Prefiero Morir de Pie que Vivir de Rodillas”.
Declaro que soy una sobreviviente de la práctica de desaparición forzada y de haber sido torturada casi hasta la muerte por parte de las fuerzas de seguridad de un falso sistema democrático, que reprimió bajo la égida del imperio yanqui y su teoría contrainsurrecional al pueblo de Venezuela en conjunto quien luchaba por la búsqueda legitima de su libertad.
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Mi preocupación a través de la reflexión profunda, sobre la vida y la muerte, era mantener mi compromiso con mis ideales, con mis compañeros y con mis principios y así fue. No me doblegaron, no me derrotaron. Sobreviví de esa experiencia victoriosa y altiva hasta el día hoy.
A todos lo que quedaron en el camino, gracias infinitas por pertenecer a esa generación heroica y florida de los años 60, que se atrevió a soñar e intentó tomar el cielo por asalto, arriesgando hasta la vida.
Un mensaje para los jóvenes de hoy, para que se involucren con lo más nobles y sublimes sueños para lograr una sociedad humanista, si revisamos nuestra memoria histórica, nos vamos a encontrar con un gran legado, representado por mujeres y hombres heroicos de todos los tiempos que lo dieron todo, por esa libertad y soberanía, y que hoy consideramos un ejemplo para seguir adelante.
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Honor y gloria desde mi corazón a todos lo que hemos luchado por esta patria.
Luchar Hasta Vencer.
Laura Sofía Pérez Carmona de Prada
Revolucionaria sobreviviente de la Desaparición Forzada y la Tortura. 1969. Yumare. Estado Yaracuy. Venezuela
Los crímenes de lesa humanidad, no prescriben.